Es así como la vida contemplativa de la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor cuenta con la particularidad de que es si bien es una vocación silenciosa y apartada de la relación directa con el mundo, es un estilo de vida que se nutre de la búsqueda de la justicia, la paz, la solidaridad, la reconciliación y la misericordia. Sabiéndose interrelacionadas íntimamente con el creador a través del cosmos que nos muestra la armonía de un mundo creado por amor y para amar.

Para comprender la vida contemplativa, podemos decir que es “emprender cada día un camino de búsqueda del Rostro de nuestro Buen Pastor”. Un Rostro que se esconde en la simplicidad, las acciones ordinarias de la vida cotidiana, en las cosas sencillas. En este camino, Dios nos ofrece un ambiente de silencio, -como medio de santificación-, de soledad, habitada por la compañía de nuestras hermanas de Comunidad y de todas las personas por quienes oramos y en las que también encontramos el Rostro de nuestro Amado.

Él nos dice continuamente: "Busca mi Rostro" y nos ofrece momentos en que experimentamos las alegrías del cielo en la alabanza, en la escucha de su Palabra, en los momentos gratificantes de gozo junto a nuestras hermanas de Comunidad.